Regresar a la Venta

Tamayo Rufino

Nació en Oaxaca, México en 1899. Estudió en la Academia de San Carlos de la ciudad de México. Residió veintiocho años fuera de su país, entre Nueva York y París. Su obra como muralista, ciclópea y hecha en el más puro mexicanismo, culmina en el mural para el Museo Arqueológico de México, que simboliza la lucha entre el día (serpiente emplumada) y la noche (tigre). Otro de sus murales, quizás el de mayor envergadura, es el titulado América. Del expresionismo de su primera época, y pasando por el cubismo, llegó a la abstracción. En la década de los cuarenta realizó varios retratos e introdujo en su obra el tema de la vida tropical mexicana, con su colorido claro y brillante. Pintó muchos cuadros de caballete de formas abstractas y superficies enriquecidas con distintas texturas. Bestia Herida, El hombre del teléfono. Hacia los años setenta inició sus mixografías, grabados en altorrelieve y papel hecho a mano, sin dejar la pintura mural.