Vive y trabaja en la Ciudad de México. Fue durante la pandemia cuando comenzó a enfocarse en crear su propio arte y estilo distintivo. A través de su experiencia previa trabajando en una galería de arte y al tener contacto diario y una relación con el arte, la inspiración lo invadió. Se describe a sí mismo como un "ceramista a tiempo parcial". La inspiración detrás de sus cerámicas surgió de objetos cotidianos abandonados, y sobre todo, se enfoca en los restos dejados por las interacciones diarias. Para él, al igual que sucede con la basura, se puede deducir mucho sobre una persona según lo que deja atrás. Cada pieza de cerámica es única, al igual que cada uno de nosotros. Ramiro intenta recrear este ambiente festivo, que por supuesto reflexiona sobre temas como adicciones, comida rápida, drogas, entre otros problemas.