Descubrí el arte a temprana edad y mostré un enorme interés por la arquitectura moderna emocional. Desde pequeño me interesé pr las esculturas de Mathías Goeritz y la arquitectura de Luis Barragán y Juan O´Gorman. Originalmente quería ser arquitecto. Comencé a dibujar a los nueve años. Fue durante mi primer año de bachillerato que comencé a tomarme en serio la práctica escultórica, viéndome determinado a emprender una carrera en el mundo del arte. En 2016 comencé un curso con Adrián Navarro Canedo y despertó en mí una fascinación por las prácticas creativas. Más allá de los dominios y convenciones de las artes pláticas, en lo que refiere a color, forma, estructura, balance, claridad, equilibrio y geometría, es que Otto se manifiesta como un artista en los límites del Arte Moderno y la Escultura Contemporánea. Uno puede dar testimonio de que la mayor parte de la teoría y ejecución en la práctica escultórica, - específicamente en su sentido moderno-, se ha agotado en sus propias conclusiones, no obstante, de que en la obra de Otto vemos a un joven artista descubriendo los elementos básicos de la composición orgánica, sustentado en una crítica desde el neoliberalismo hacia los estamentos de la geometría y el arte Moderno en sus declaraciones mas clásicas, formales y justas. Es a partir de una subjetividad potenciada y bien marcada, que Otto introduce una perspectiva curiosa y lúdica, prácticamente autodidacta respecto de la nomenclatura de las formas. No solo se queda en ese esbozo lejano y representativo de una materia innerte e insípida, sino que apela pasionalmente a la perfectabilidad de los pesos escultóricos de sus líneas, y de nociones mas inherentemente claras y bella del cubo o la retícula euclidiana.